Normalmente, el Derecho portugués regirá el proceso sucesorio cuando una persona haya establecido su residencia permanente en Portugal en el momento de su fallecimiento. El derecho sucesorio portugués está muy influenciado por la noción de "heredero forzoso", que exige que una parte del patrimonio se asigne a determinados herederos legales, predominantemente descendientes y cónyuges. Por consiguiente, independientemente de los deseos expresados por el difunto en su testamento, determinados herederos pueden tener derecho legal a una parte predeterminada de la herencia.

Sin embargo, en virtud del Reglamento de la Unión Europea n.º 650/2012, los extranjeros tienen la opción de elegir la ley de su nacionalidad para regir sus asuntos sucesorios. Por ejemplo, un ciudadano británico residente en Portugal puede optar por la ley del Reino Unido. Esta elección debe articularse explícitamente en un testamento jurídicamente válido. A falta de tal declaración, se aplicará por defecto la ley portuguesa, lo que podría conducir a resultados incompatibles con las intenciones del individuo. Para las personas acostumbradas a la libertad testamentaria que prevalece en sus jurisdicciones de origen, este desajuste puede tener consecuencias imprevistas.

El proceso de toma de decisiones va más allá de la mera selección de una jurisdicción rectora. Las diferencias en las implicaciones fiscales, el reconocimiento de los testamentos en diversas jurisdicciones y los posibles conflictos con la política pública portuguesa contribuyen a la complejidad del proceso de planificación patrimonial. Por ejemplo, los ciudadanos británicos pueden encontrarse con problemas derivados de las diferencias entre el derecho anglosajón y el derecho civil portugués.

De hecho, el proceso sucesorio en el Reino Unido funciona de forma independiente en Inglaterra y Gales, Escocia e Irlanda del Norte. No obstante, normalmente se espera que un testamento redactado en Portugal sea reconocido durante el proceso sucesorio, siempre que se haya ejecutado correctamente. A la inversa, un testamento preparado en el Reino Unido que elija como aplicable la ley nacional, en lugar de la jurisdicción de residencia en el momento del fallecimiento, debería considerarse válido siempre que se observen los procedimientos legales exigidos.

Los expatriados que posean activos en varias jurisdicciones deben asegurarse de que sus testamentos estén armonizados para evitar conflictos legales o retrasos en la legalización. Las disparidades entre los sistemas jurídicos pueden plantear problemas a los herederos, incluso cuando las intenciones están firmemente establecidas. Sin embargo, hay un hecho que también merece ser mencionado: el marco fiscal en Portugal para el IHT es bastante sencillo y, en general, exime de tributación a los cónyuges y descendientes directos. Con los cambios introducidos por los Presupuestos británicos de otoño, las repercusiones en el Reino Unido pueden ser muy diferentes, lo que obliga a ser precavido con este asunto.

Estas consideraciones subrayan la necesidad de una planificación patrimonial exhaustiva. La revisión periódica del testamento y la comprensión de los marcos jurídicos tanto en Portugal como en el país de origen pueden salvaguardar eficazmente el patrimonio y garantizar el cumplimiento de los deseos del difunto.

Filipe Cerqueira Alves, Director del Departamento Jurídico de Forvis Mazars en Portugal(fcalves@mazars.pt)

Mário Patrício, Director Fiscal de Forvis Mazars en Portugal(mpatricio@mazars.pt)

Gracias a Chris Lawrence, Director de Trusts and Estates de Forvis Mazars en el Reino Unido, por sus comentarios.