"Deberíamos empezar a mirar este tipo de fenómeno con mayor preocupación, porque este tipo de sequía será cada vez más regular y no estamos preparados para ello en absoluto", dijo la investigadora de las universidades de Trás-os-Montes y Alto Douro, Daniela Terêncio, en declaraciones a Lusa.
El pasado miércoles, la Agencia Portuguesa de Medio Ambiente (APA) hizo un llamamiento al uso sostenible del agua, sugiriendo que se evite "el desperdicio de agua en el uso cotidiano, el lavado de coches y el llenado de piscinas privadas".
Al día siguiente, el presidente de esta agencia, Nuno Lacasta, afirmó que Portugal "está mejor preparado que nunca" para afrontar la sequía, debido a la "experiencia" con este fenómeno, cada vez más recurrente.
También contribuye positivamente el enfoque en la "gestión de la demanda", que busca "la eficiencia del agua, la reutilización del agua, el conocimiento de la disponibilidad", aspectos que son "muy recientes en nuestro país", destacó Lacasta.
No se enfrenta a la situación
Preguntada sobre si Portugal afronta bien la sequía, Daniela Terêncio fue perentoria: "No creo".
Según la experta, "hay muchas estrategias y mucha planificación que no se ponen en práctica".
Una forma de resolver el problema, sugiere, es hacer obligatoria la eficiencia del agua en las nuevas construcciones, de forma similar a lo que ya ocurre con la eficiencia energética.
El ingeniero especializado en recursos hídricos Joaquim Poças Martins considera, en declaraciones a Lusa, que "hay que ahorrar siempre" e incluso habla de la importancia de "crear una cultura del ahorro".
En Portugal, el consumo de agua está "en línea con el consumo moderado de los países desarrollados con los que nos comparamos", afirma el profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Oporto.
Duchas más rápidas, "aplicaciones" que permiten ahorrar agua en los grifos, evitar lavar los coches y no regar el césped son algunas de las reglas básicas de ahorro en el consumo privado.
Número mágico
"El número mágico es de 10 litros [de agua] por cada minuto de agua que pasa por los grifos". Cada minuto que se ahorra, se utilizan 10 litros menos.
Incluso con este esfuerzo individual, que hay que hacer, "desde un punto de vista objetivo, en Portugal, en la mayoría de los casos, el impacto no es demasiado grande, porque el gasto no es en el consumo doméstico, es en la agricultura".
También hay pérdidas en los sistemas municipales que se pueden reparar fácilmente, y que permiten ahorrar agua, en un país donde hay municipios con pérdidas de agua del orden del 80%.
Estas pérdidas pueden ser reales, cuando son pérdidas físicas, o aparentes, en la facturación, que también son importantes porque "el agua que no se mide ni se factura, no se ahorra".
En el caso de las pérdidas reales, "es posible, con medidas de gestión, sin gastar mucho dinero, reducir las pérdidas a valores aceptables -todo lo que esté por encima del 20% es inaceptable, entre el 10 y el 20% ya es aceptable, lo deseable es que esté por debajo del 10%", concluyó.