Alemania se enfrenta a unos costes de ampliación de la red estimados en 450 millones de euros de aquí a 2045, en un intento de cubrir el 80% de su consumo eléctrico con energías renovables para 2030 y lograr la neutralidad climática en 2045, que se repercutirán a los consumidores a través de sus facturas energéticas.
La nueva normativa establece un marco para identificar a los operadores que afrontan costes especialmente elevados debido a la integración de las energías renovables. Esos operadores recibirán una compensación financiera, y los costes de la electricidad se distribuirán de forma más equitativa entre todos los consumidores del país.