"Es necesario decir a los portugueses y portuguesas que tenemos razones para confiar en nuestra policía, tenemos razones para confiar en nuestros servicios públicos y tenemos razones para decir alto y claro que somos un país seguro, uno de los más seguros del mundo", afirmó.
El jefe del Gobierno admitió su preocupación por el aumento de algunos fenómenos delictivos, como la delincuencia juvenil o la de bandas, la lucha contra la corrupción o el tráfico internacional e incluso nacional de drogas, "muy presente, sobre todo en Lisboa y Oporto, asustando también a la gente".
"Pero tampoco dejaremos de decir que uno de los mayores factores de competitividad que tiene el país es ser seguro, y es seguro porque tenemos personas e instituciones cualificadas para poder garantizar esta seguridad", afirmó.
El Primer Ministro señaló la seguridad como uno de los factores de competitividad interna, junto a la buena situación geopolítica y geoestratégica del país, "una buena cualificación de sus recursos humanos, una buena academia, buenos investigadores, buena ciencia, buenos proyectos empresariales, calidad de vida, un patrimonio natural muy rico".
"Nos corresponde a todos, con los instrumentos que tenemos, garantizar que sigamos siendo un país seguro y un país que tiene en sus valores la salvaguarda de la dignidad humana, la salvaguarda de los derechos de las mujeres y de los hombres que viven, trabajan o pasan por aquí", dijo.