Con una alta tasa de empleabilidad durante el verano, principalmente asociada al turismo, se espera que la población del Algarve sólo empiece a sentir los verdaderos efectos de la crisis económica en la temporada baja, que comenzó durante la pandemia del Covid-19 y que ahora se agrava con la crisis energética y el aumento del coste de la vida debido a la inflación.
En declaraciones a Lusa, el presidente del Movimiento de Apoyo a los Problemas del Sida (MAPS), Fábio Simão, dijo: "Poco a poco vamos viendo que algunas personas vuelven a pedir apoyo, pero todavía no se ha notado la gran caída que la temporada de verano está enmascarando".
A pesar de estimar que habrá un aumento de las solicitudes de ayuda en los próximos meses, debido al probable empeoramiento de las condiciones de vida, Fábio Simão aún no puede anticipar si la situación será más difícil que en inviernos anteriores.
El coordinador de Refood en Faro, una institución que lucha contra el desperdicio de alimentos y reenvía estos bienes a las familias desfavorecidas, también está convencido de que "la situación se complicará" a medida que el verano termine y el invierno se acerque.
"Creo que a mediados de septiembre volveremos a tener muchas peticiones de ayuda. Más que en años anteriores", pronosticó Paula Matias, señalando que las principales razones de este aumento son el descenso del nivel de vida provocado por la inflación y el fin de las moratorias de ayuda creadas durante la pandemia de Covid-19.
Según la funcionaria, cerca del 70% de las familias que acuden a la institución lo hacen, principalmente, por los elevados alquileres de vivienda que pagan en el Algarve y que apenas dejan nada a final de mes para otros gastos.