"Todas las certificaciones que tenemos, todas las señales que podemos dar a nivel internacional de la sostenibilidad y del valor de la actividad aquí acaban reflejándose positivamente, ya sea en la actividad o en la propia región", explicó José Azevedo, uno de los promotores de la solicitud de esta certificación, concedida por la World Cetacean Alliance.
La solicitud, preparada desde 2015, procede de un grupo de voluntarios, desde científicos de la Universidad de las Azores hasta empresarios vinculados al avistamiento de cetáceos y otras actividades turísticas, así como municipios.
Según José Azevedo, la solicitud debe ser entregada "a finales de año" y las Azores tienen muchas posibilidades de recibir esta certificación.
"La observación de ballenas en las Azores es un ejemplo a nivel mundial", subrayó.
El biólogo destacó que la actividad está regulada desde sus inicios, en una colaboración entre empresarios y científicos, que siempre ha implicado una "preocupación por la sostenibilidad".
La certificación "reforzará la sostenibilidad y la calidad de la experiencia de avistamiento de cetáceos en las Azores", además de promover el archipiélago como destino sostenible, argumentó el investigador de la Universidad de las Azores.
Por otro lado, la solicitud "lleva asociado un proceso continuo de verificación de que las condiciones iniciales se mantienen", lo que implica un compromiso para que esa sostenibilidad se mantenga en el futuro.
José Azevedo admitió la necesidad de seguir la evolución de la actividad en las Azores, pero dijo que la regulación siempre se ha basado en un diálogo entre empresarios y científicos.
"Al principio, la observación de ballenas se hacía en aguas semirrígidas. Desde entonces, estas embarcaciones semirrígidas han aumentado de tamaño y ahora algunas empresas han optado por un nuevo sistema de barcos más grandes que llevan más personas. Hay algunas cuestiones, en términos de normativa, que deben ajustarse", dijo.
El proceso de revisión de la normativa "ya está en marcha" y el investigador cree que el avistamiento de cetáceos aún tiene potencial de crecimiento en las Azores.
"Queremos animar a otras islas que también tienen actividades de avistamiento de ballenas, queremos regular la cuestión de las embarcaciones, para suavizar algunas cuestiones relacionadas con la evolución del mercado. Hay un trabajo que ya se está haciendo, basado en mucha participación", reveló.
Para José Azevedo, la certificación será también un "estímulo" para "profundizar en la relación de las Azores y los azorianos con los cetáceos, como seres vivos y como parte de un ecosistema oceánico dinámico".
La caza de ballenas, prohibida desde 1984, tenía un gran peso en la economía azoriana y el avistamiento de cetáceos ha supuesto un nuevo "paradigma".
Los promotores recogerán "contribuciones e ideas" para esta profundización de la relación de los azorianos con la observación de cetáceos, en una reunión en la Universidad de las Azores, en Ponta Delgada, el sábado, en la que se divulgará al público la solicitud para convertirse en 'Patrimonio de las Ballenas'.