Siete personas fueron detenidas y el grupo es sospechoso de al menos 16 robos, según un comunicado de la Guardia Civil, que reveló haber recuperado objetos por valor de 10 millones de euros.

El grupo utilizaba "un alto grado de violencia con armas de fuego para amenazar a las víctimas", a las que esposaban en el interior de sus propios domicilios y obligaban a revelar la ubicación de objetos de valor, como joyas, según la Guardia Civil.

Además de la violencia, el grupo tenía un "alto grado de especialización" para burlar los sistemas de vigilancia y utilizaba "técnicas especializadas de camuflaje y ocultación", consiguiendo despistar durante algún tiempo la investigación policial, según el mismo comunicado.

La desarticulación del grupo fue el resultado de una investigación policial que comenzó en junio de 2024, después de que la Guardia Civil identificara una vivienda en el sur de España que el grupo había convertido en "base de operaciones".

En esta vivienda se detuvo a siete personas, que la Guardia Civil considera "los principales integrantes del grupo criminal", y se recuperaron varios objetos robados, entre ellos varios de gran valor, como joyas y relojes, que estaban enterrados en los terrenos de la casa.

"Se incautaron 44.500 euros, 23.700 dólares estadounidenses y 603.000 grivnas ucranianas, así como varios lingotes de oro y numerosos objetos de marcas de lujo", reveló la Guardia Civil.

En el lugar también se encontraron dos coches utilizados en los robos, armas de fuego, cajas fuertes, herramientas utilizadas para forzar la entrada en las viviendas, teléfonos móviles y aparatos de transmisión por radio, a través de los cuales el grupo se comunicaba durante los robos.