En términos nominales, el PIB aumentó un 6,3%, alcanzando los 284.900 millones de euros, superando significativamente la tasa media de crecimiento de la zona euro, del 0,8%. Aunque estas cifras indican una economía próspera, es esencial comprender los factores que han contribuido a este crecimiento y cómo puede Portugal mantener esta trayectoria positiva en los próximos años.

Uno de los principales motores de la expansión económica de Portugal ha sido el aumento constante de las exportaciones, que crecieron un 3,4% en volumen. La diversificación del mercado de exportación portugués, con buenos resultados en tecnología, energías renovables y fabricación especializada, ha permitido al país competir a escala mundial. Aunque las importaciones también experimentaron un aumento del 4,8%, la balanza comercial se mantuvo positiva, reforzando la posición de Portugal como actor económico estable. El sector servicios, en particular el turismo y los servicios digitales, desempeñó un papel crucial en este crecimiento, contribuyendo significativamente a los ingresos nacionales.

La inversión extranjera directa (IED) también ha sido un pilar fundamental del éxito económico de Portugal. A finales de 2024, la IED en el país alcanzó los 200.300 millones de euros, lo que refleja la confianza de los inversores en el entorno empresarial estable de Portugal, su mano de obra cualificada y sus políticas favorables a la innovación. Los incentivos gubernamentales, las ventajas fiscales para las nuevas empresas y el apoyo a la investigación y el desarrollo han atraído a empresas de sectores clave como la tecnología, las finanzas y la energía verde.

Además, las políticas económicas estratégicas de Portugal han desempeñado un papel crucial en el mantenimiento del crecimiento. La inversión en infraestructuras, digitalización y eficiencia energética ha reforzado la ventaja competitiva del país. Las políticas fiscales que promueven la expansión empresarial, la creación de empleo y el desarrollo sostenible han ayudado a mantener una economía estable en medio de las incertidumbres mundiales.

A pesar de estas tendencias positivas, sigue habiendo retos. El ligero descenso de la contribución de las exportaciones al PIB (un punto porcentual menos que en 2023) pone de manifiesto la necesidad de seguir invirtiendo en innovación y en la expansión de nuevos mercados. Portugal también debe centrarse en diversificar su base económica fomentando la modernización industrial y reduciendo las dependencias externas.

De cara al futuro, el futuro económico de Portugal depende del mantenimiento de la inversión en industrias clave, el fortalecimiento de las relaciones comerciales internacionales y la mejora de la productividad. Aprovechando su situación estratégica, su mano de obra cualificada y su compromiso con la innovación, Portugal puede continuar su trayectoria económica ascendente y seguir siendo un actor clave en la economía europea.


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Paulo Lopes is a multi-talent Portuguese citizen who made his Master of Economics in Switzerland and studied law at Lusófona in Lisbon - CEO of Casaiberia in Lisbon and Algarve.

Paulo Lopes