En un comunicado, la AMN recuerda que, en esta época del año, todavía hay "un mar de invierno" que presenta una "morfología alterada por el efecto del fuerte oleaje", creando "en las playas zonas de fuerte pendiente, remolinos y charcas poco claras a la vista".
"La inmensa mayoría de las playas portuguesas no están vigiladas en esta época del año", añaden, al tiempo que subrayan que la respuesta ante una situación de emergencia podría prolongarse en el tiempo.
La AMN asegura que, ante la posible afluencia cerca de las playas debido al buen tiempo, reforzará, la "vigilancia e inspección en algunas de las zonas de baño, con el objetivo de concienciar a la población para evitar comportamientos de riesgo".
Reiterando las recomendaciones para evitar conductas de riesgo, la organización pide a la población que "vigile permanentemente a los niños", que no se acerquen al agua ni caminen por la arena mojada y que no den la espalda al mar.
En caso de presenciar una situación de peligro en el agua, es importante "no meterse en el agua, sino llamar al 112 para pedir ayuda".