Inés, una de las mártires romanas más célebres, es también una de las menos documentadas. Lo único que se sabe con certeza de ella es que fue asesinada por su fe, que fue enterrada junto a la Vía Nomentana de Roma y que se construyó una iglesia sobre su tumba hacia 354.

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Según una carta que narra su martirio en el siglo V, tenía 13 años cuando se negó a casarse, declarando que estaba consagrada a Cristo y que prefería la muerte a perder su virginidad. Se ofreció como mártir y fue ejecutada a la manera romana, apuñalada en la garganta. Su juventud y valentía la han convertido en una de las santas más populares y, por su castidad, es la patrona de las jóvenes.