La orden determina que el Instituto de Conservación de la Naturaleza y de los Bosques(ICNF) promueva la realización de un estudio integrado que "evalúe los valores ecológicos y paisajísticos de este territorio, identificando también los principales riesgos y amenazas para su preservación, proponiendo directrices estratégicas para su salvaguarda, en colaboración con las autoridades locales y otras entidades relevantes".
El estudio deberá presentarse en un plazo de nueve meses y, a partir de sus conclusiones técnicas y científicas, el ICNF deberá "presentar una propuesta de clasificación como área protegida", determina la orden firmada por la ministra de Medio Ambiente, Maria da Graça Carvalho.
La Duna de Salir do Porto, en el municipio de Caldas da Rainha, en el distrito de Leiria, es la mayor de Portugal, con cerca de 200 metros de longitud y 50 metros de altura sobre el nivel del mar.
Según los registros históricos, puede haber sido la mayor de Europa y "su tamaño se habría alcanzado hace unos 100.000 años con la arena de las lagunas que existían entre Óbidos y Nazaré", dice el despacho.
Al valor ecológico y paisajístico de la duna se añade el hecho de que está flanqueada por ruinas de la antigua aduana y astilleros y talleres de reparación naval donde, según el despacho, "en la época de D. Afonso V se construían carabelas con madera del Pinar de Leiria y que formaban parte de la expansión marítima".
También se encuentra cerca la Capilla de Sant'Ana.
La Duna de Salir está situada en la desembocadura del río Tornada, cerca de la confluencia de la bahía de S. Martinho do Porto (en el municipio de Alcobaça), constituyendo "un área que sirve de hábitat a numerosas especies, destacando la abundancia de avifauna".
El ministerio destaca en el despacho que "la presión de las actividades humanas, especialmente el pisoteo de la zona dunar, pone en riesgo esta estructura ecológica" por lo que el potencial natural de este territorio "debe ser evaluado con el fin de tomar medidas para su protección y mejora ambiental".
En 2021, una resolución de la Asamblea de la República recomendó al Gobierno salvaguardar y mejorar la duna y el paisaje circundante, con vistas a clasificarlo como Paisaje Protegido.
La resolución también recomendaba que el ICNF, la Agencia Portuguesa de Medio Ambiente, la Autoridad Marítima Nacional, el Laboratorio Nacional de Energía y Geología, la Dirección General de Patrimonio Cultural y la Comisión de Coordinación del Desarrollo Regional de Lisboa y Valle del Tajo prestaran apoyo técnico al municipio de Caldas da Rainha para la realización de un diagnóstico.
Por último, propuso ceder al Ayuntamiento las ruinas de la antigua aduana del siglo XVIII, para que se cree allí un Centro de Interpretación del Valle Tifónico de Caldas da Rainha.
En 2023, la Unión de las Parroquias de Tornada y Salir do Porto alertó, en la Asamblea Municipal de Caldas da Rainha, sobre el aumento de los signos de erosión de las dunas.