"En 2014, en el marco de las inspecciones periódicas de los vehículos de motor, la Unión Europea publicó una directiva en la que recomendaba a los Estados miembros adoptar medidas adecuadas y adicionales para proteger el medio ambiente, en particular en lo relativo a las emisiones de CO2, así como para proteger la seguridad vial", recordó la entidad.

Según ARAN, tras ello, Portugal avanzó "en la implementación de la obligación de realizar inspecciones periódicas para motocicletas, triciclos y cuadriciclos", añadiendo que la "medida, ya aplazada, entraría en vigor el 1 de enero de 2025".

"Sin embargo, en los últimos días trascendió que la medida no avanzará en perjuicio de terceros".

Público informó, el 14 de noviembre, de que el PSD no quiere avanzar en esta obligación.

"Es con gran preocupación que ARAN ve como el Estado portugués se retira de hacer obligatoria la inspección periódica de las motocicletas", indicaron.

Para la asociación, "la adopción de nuevas medidas que no incluyen la obligación de realizar inspecciones periódicas no garantizan, con el mismo grado de seguridad, que las motocicletas, triciclos y cuadriciclos permanezcan en condiciones aceptables desde el punto de vista de la seguridad y de la protección del medio ambiente."

ARAN también garantizó que las inspecciones periódicas obligatorias "garantizan un mayor grado de protección para los usuarios de la carretera, más transparencia y protección contra posibles fraudes".

Según ARAN, la realización de las inspecciones periódicas, "precedida de las necesarias evaluaciones técnicas periódicas y puntuales en los talleres para determinar la existencia de anomalías", es fundamental para reducir la siniestralidad automovilística y tiene "un impacto sobre el medio ambiente".