La insatisfacción con sus condiciones actuales, sobre todo salariales, y la búsqueda de un mejor equilibrio entre trabajo y vida personal, ayudan a explicar esta situación, según Inês Almeida, de AON, en un informe de ECO.

"El elevado porcentaje de trabajadores en Portugal que se plantean cambiar de empleo (46%) refleja una combinación de varios factores. El 52% de los trabajadores describe su situación financiera como 'tengo lo justo para sobrevivir', lo que es significativamente superior a la media mundial (34%), lo que indica una presión financiera que puede motivar la búsqueda de mejores oportunidades", destaca la ejecutiva.

Además, menos de la mitad de los trabajadores entrevistados en Portugal están satisfechos con los beneficios proporcionados por su empleador, mientras que el 33% dice incluso sentirse infravalorado.

"Este sentimiento de desvalorización lleva a muchos trabajadores a buscar nuevas oportunidades en las que se sientan más reconocidos y valorados", advierte Inês Almeida, que señala que, a nivel mundial, el porcentaje de trabajadores con esta percepción es del 13%. Es decir, en Portugal, el sentimiento de desvalorización es más expresivo.

En opinión de la experta, estos datos demuestran que las empresas nacionales necesitan invertir más en estrategias de valorización de los empleados, "especialmente en lo que se refiere al desarrollo de competencias, ya que sólo el 35% de los trabajadores confía en que su empleador invierte en su formación y preparación para el futuro laboral, lo que constituye un área crítica a mejorar".

Inês Almeida es consultora regional de AON Portugal. A estos factores se añade otro: priorizar el equilibrio entre la vida personal y profesional. "El bienestar, la conciliación y la seguridad financiera son aspectos cada vez más centrales en la decisión de permanecer o abandonar una empresa y, en consecuencia, en la búsqueda de empresas que ofrezcan algo más que un salario", comenta la consultora regional de AON Portugal.

A pesar de los desafíos, el mercado laboral portugués ha demostrado repetidamente su resistencia y estabilidad, con niveles de desempleo que se mantienen cerca de mínimos históricos y dificultades de contratación que persisten entre los empleadores.

Ante este escenario, los trabajadores se han dado cuenta de que se encuentran "en una posición ventajosa, pudiendo negociar mejores salarios y más beneficios a la hora de considerar nuevas oportunidades", señala Inês Almeida, en línea con lo que varios economistas ya habían indicado a ECO.