En un comunicado, la ANEPC señala que el Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera(IPMA) prevé para los próximos días "precipitaciones, a veces fuertes y persistentes, que pueden ir acompañadas de granizo y tormentas, especialmente en las regiones del litoral central y sur", así como "vientos fuertes, con rachas de hasta 75 km/h en la mayor parte del territorio, que pueden alcanzar los 120 km/h en las zonas altas".
Además de "condiciones favorables a la ocurrencia de fenómenos de viento extremo, especialmente en las regiones Centro y Sur", las previsiones apuntan a "fuerte agitación del mar al sur de Cabo Mondego" y "nevadas en los puntos más altos de la Serra da Estrela".
Según informaciones de la Agencia Portuguesa de Medio Ambiente(APA), Protección Civil destacó que, en las próximas 48 horas, en la cuenca del Tajo, "en las cuencas urbanas puede haber un aumento de los caudales, posibilidad de inundaciones" y, en las cuencas urbanas y riberas del Oeste, en base a los valores horarios de precipitación obtenidos de las previsiones meteorológicas, "en las cuencas urbanas (Cascais, Oeiras, Lisboa, Loures, Odivelas, Setúbal) se pueden alcanzar caudales con un periodo de retorno de entre cinco y 10 años".
En la cuenca del Sado, se prevé la "posibilidad de aumento de los caudales afluentes a las presas" y "pueden aumentar los caudales en el río Sado", en la cuenca del Guadiana, "pueden aumentar las entradas en Monte Novo" y "puede producirse un aumento de los caudales en el río Guadiana", mientras que en la cuenca del Algarve (Sotavento) "puede producirse un aumento de los caudales".
"Se espera que esta situación meteorológica se agrave desde la tarde del 19 de marzo hasta la mañana del 20 de marzo", destacó la ANEPC, esperándose "la ocurrencia de inundaciones en zonas urbanas, causadas por la acumulación de agua de lluvia debido a la obstrucción de los sistemas de drenaje o al desbordamiento de la costa" e "inundaciones, aumentadas por el desbordamiento del cauce de algunos cursos de agua, ríos y arroyos".
La inestabilidad de laderas, "dando lugar a movimientos en masa (deslizamientos, derrumbes y otros) provocados por la infiltración de agua, fenómeno que puede verse agravado por la eliminación de la cubierta vegetal tras incendios rurales, o por el desarrollo artificial del suelo", también se menciona en la nota, así como el "firme resbaladizo por la posible formación de láminas de agua" y "posibles accidentes en el litoral, debido al fuerte oleaje marino".
Protección Civil también advierte de la posibilidad de "arrastre de objetos sueltos a las carreteras, o desprendimiento de estructuras móviles o poco fijas, debido a episodios de fuertes vientos", que amenazan con provocar accidentes de vehículos en circulación o de personas en la vía pública, así como "molestias térmicas a la población por el aumento de la intensidad del viento".
El impacto de las inclemencias meteorológicas puede, según la ANEPC, "minimizarse, especialmente mediante la adopción de comportamientos adecuados", sobre todo en las zonas históricamente más vulnerables, concretamente mediante "el desbloqueo de los sistemas de evacuación de aguas pluviales".
La "fijación de estructuras sueltas, a saber, andamios, pancartas y otras estructuras suspendidas" y el "cuidado especial al desplazarse por zonas boscosas" o "cerca de la costa y zonas ribereñas" también forman parte de las medidas preventivas establecidas por la ANEPC.