A medida que envejecemos, mantenernos físicamente sanos es cada vez más importante y, para los mayores de 60 años, las prácticas de movimiento consciente y el autocuidado son esenciales.
Aunque es natural ir más despacio con la edad, ciertos hábitos pueden restringir la movilidad, causar tensiones innecesarias o incluso provocar lesiones a largo plazo.
Hemos hablado con la fisioterapeuta Lucy Macdonald, de RestartPhysio, que nos ha explicado seis hábitos y mentalidades comunes que suele encontrar en sus pacientes mayores de 60 años, y nos ha dado algunos consejos para superarlos.
1. Hacer demasiado demasiado pronto
"Esta es la causa número uno de las lesiones y el dolor que veo", dice Macdonald. "Los aumentos repentinos en los niveles de actividad, o hacer algo que tu cuerpo no ha hecho durante un tiempo es una gran manera de lesionarse".
En su lugar, intenta aumentar los niveles de actividad en pequeños incrementos.
"Divida las tareas, como cavar parterres o pintar la casa, y entrénese un poco antes de enfrentarse a los nietos jugando al fútbol", recomienda el fisioterapeuta.
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2. Pensar que el entrenamiento de fuerza no es para mí
"A medida que envejecemos, el entrenamiento de fuerza es cada vez más importante para prevenir el desgaste muscular y desarrollar los músculos que evitarán las lesiones", explica Macdonald. "Nunca es demasiado tarde y no tiene por qué llevar mucho tiempo.
"Basta con dos sesiones semanales de media hora con pesas para trabajar los principales grupos musculares. Sólo hay que empezar poco a poco e ir aumentando la intensidad o, mejor aún, hacerlo bajo la supervisión de un fisioterapeuta".
3. Creer que los mejores días ya han pasado
No te pongas límites: la edad es sólo un número.
"Algunas de las personas más en forma que he conocido tenían más de 70 años, y eso se debe a que eligieron un estilo de vida de jubilación que gira en torno al cuidado del cuerpo y la mente", explica Macdonald.
"A los 40 y 50 años mucha gente tiene personas dependientes a las que cuidar -viejos y jóvenes- y carreras profesionales en plena ebullición, por lo que el tiempo disponible para dedicar al ejercicio, el descanso y la buena alimentación es limitado. Pero, cuando nos hacemos mayores, solemos tener más tiempo para realizar actividades agradables que son buenas para el cuerpo y la mente y conducen a una salud mucho mejor."
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4. Esperar salir impune de los malos hábitos de juventud
Descuidar los aspectos fundamentales -dormir, hacer ejercicio y seguir una dieta- te pasará factura rápidamente y repercutirá negativamente en tu salud.
"A pesar de la menor presión del tiempo que supone envejecer, no podemos evitar el hecho de que nuestro cuerpo tarda más en recuperarse y, por lo tanto, no nos podemos librar de malos hábitos como la mala alimentación, la falta de sueño y el ejercicio esporádico", subraya Macdonald.
5. Miedo a empezar algo nuevo
"Nunca es demasiado tarde para empezar una nueva actividad o forma de ejercicio", subraya Macdonald. "Hay tanta oferta, que la clave es encontrar algo que te guste y con gente con la que disfrutes, así te mantendrás, que es la clave de la salud a largo plazo".
6. Pensar que el deterioro del equilibrio y el aumento del riesgo de caídas son inevitables
"Esto no es así, si trabajas tu equilibrio verás resultados, si no lo haces disminuirá", dice Macdonald. "Haciendo unos minutos de ejercicios al día se evitan las caídas, que son una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en las personas mayores".
El fisio recomienda incorporar los ejercicios de equilibrio a la rutina diaria, añadiéndolos a un hábito ya establecido.
"Por ejemplo, mientras te limpias los dientes, ponte de pie sobre una pierna cada vez con los ojos cerrados y las manos sobre algo para apoyarte si lo necesitas", aconseja Macdonald.
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